FCC. Incapaz de contruir una estructura alcista.

fcc-grafico-semanal-10-enero-2011El sector constructor español, si bien no alcanza la ponderación que dentro del Ibex 35 tiene el sector bancario, constituye un buen termómetro, acaso el mejor, del verdadero estado de salud de la economía nacional. Ya sabemos que las constructoras son cada vez menos constructoras, habiéndose convertido muchas de ellas en eso que los anglosajones llaman conglomerados. Y seguramente la mayor o menor diversificación, y sobre todo el sentido de ésta, es la causa del dispar comportamiento bursátil que puede apreciarse en nuestras constructoras.

Desconozco el nivel de diversificación que FCC pueda tener, ni los sectores elegidos por la compañía para escapar del nicho de mercado que representa la construcción pura y dura, aunque, a la luz del gráfico semanal que acompañamos a este artículo, mucho me temo que las apuestas, sean las que sean, no son del agrado del mercado.

Cotiza FCC en niveles de precio del siglo pasado, lo que irritará sobremanera a los defensores de esa teoría que proclama que en bolsa, yendo a largo plazo, siempre se gana. Incluso podríamos decir que esa zona de los 17 euros constituye un soporte histórico para el título. Argumento poderoso, sin duda, pero absolutamente ineficaz para que los seguidores de tendencia apuesten por las compras en el valor.

Títulos tan bajistas como éste atesoran demasiado peligro como para jugarse los cuartos apostando por suelos que, de momento, no son más que una entelequia. Basta observar lo traicionera que acabó resultando esa rotura (lateral, todo hay que decirlo) de la directriz bajista primaria (línea roja).

Desde luego, si FCC es el mejor exponente del sector constructor español, y si este sector es a su vez el verdadero motor de la economía española, queda mucho camino por recorrer hasta salir del agujero. Al menos esa es la penosa conclusión a la que llegamos los que estimamos que la bolsa, además de lugar de  reunión habitual de desalmados especuladores, es una eficaz máquina de descontar expectativas.

Seguiremos los acontecimientos, por la cuenta que nos tiene.

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