Aletargada durante meses, suponiendo en la parte final del año pasado un pesado lastre para un Ibex al que se le veían las ganas de tirar para arriba, Telefónica se ha convertido en estas últimas semanas en el motor de la recuperación alcista. Si bien su efecto contagio sobre la generalidad del mercado nacional ya no es el que fuera hace algunos lustros, su peso específico dentro del índice hace muy conveniente su activa participación en el gran movimiento de vuelta al alza que la bolsa española dibuja desde el pasado verano.
Si hace unas pocas sesiones era la directriz bajista de medio plazo la que sucumbía al empuje alcista (pulsa sobre el gráfico adjunto para obtener una vista detallada), a la caída de esa línea roja le ha seguido hoy la superación de la barrera horizontal que habitaba en los 11,25 euros. La contundencia con que se ha producido esta última ruptura no deja lugar a dudas sobre quiénes son los que están al mando de la nave en estos momentos.
Los operadores bursátiles, como humanos, somos muy dados a elucubrar con posibles objetivos a alcanzar por los precios en un futuro más o menos cercano. Y en nuestro particular cuento de la lechera nos permitimos resaltar en nuestro gráfico de cabecera del valor esa banda amarilla superior que cotiza entre los 14,25 y los 15 euros. Por ahí se dejó marcada a fuego en la serie una resistencia nacida de un espectacular hueco bajista. Aquellos que ajustan sus gráficas tras el pago de dividendos no la busquen, ya que ese gap bajista tuvo lugar precisamente en una jornada de descuento de dividendo.
Así somos, aún no hemos superado los máximos de septiembre en la zona de los 11,80 euros y ya estamos fijando la mirada en la zona de los 14 ó 15 euros, recurriendo además a referencias gráficas de más de un año de antigüedad. Pero en eso consiste el trabajo del analista, en estar siempre mirando más allá y en intentar ver algo distinto a lo que ya de por sí resulta obvio.
Sea como fuere, Telefónica está siendo una grata, y muy necesaria, sorpresa.
