¿Camina la economía mundial hacia una recesión? ¿La recuperación iniciada en 2009 en algunos países no ha sido otra cosa que un mero repunte antes de volver a caer de lleno en el crecimiento negativo? ¿Pueden los gráficos de los principales índices bursátiles ayudarnos a dar respuesta a las preguntas planteadas?
Vuelve a usarse en los medios sin demasiados tapujos ese término maldito: la recesión. Quizá ahora que ya se plantea públicamente como una posibilidad futura estemos ante una realidad tan sólo pendiente de recibir el anuncio oficial.
A la luz de las series semanales, ésas que eliminan el ruido de mercado y que nos muestran de forma descarnada la auténtica tendencia de las bolsas, parece claro que eso que llaman la Europa periférica realmente nunca llegó a tener una recuperación seria. Basta echar un vistazo a la gráfica que adjuntamos del Eurostoxx 50 para comprobar cómo el rebote iniciado en marzo de 2009 no consiguió siquiera superar la barrera que las alocadas bajadas de octubre de 2008 dejaron marcada a fuego en la serie. Varios intentos fallidos de dejar atrás la zona de los 3.000-3.100 puntos (línea roja) dan buena fe de ello.
Otro tanto puede predicarse del Ibex 35, aquejado de un bajismo crónico desde enero de 2010. A la vista de estas realidades gráficas, bien pudiéramos dar una respuesta afirmativa a las dos primeras cuestiones planteadas, al menos en lo que se refiere a los sujetos mencionados.
Si aún queda alguien obstinado en plantear dudas a tal afirmación, el mantenimiento o la pérdida en el futuro inmediato de los 1.970 puntos del Eurostoxx 50 ó de los 7.425 puntos del Ibex puede acabar de despejarlas. En esos guarismos cotizan los soportes que no deben perderse con solvencia en cierres semanales, ya que, de lo contrario, la situación podría empeorar ostensiblemente, dicho sea en términos técnicos.
Hasta no hace mucho, podía achacarse este mal comportamiento relativo de determinados índices europeos al excesivo peso que en los mismos tiene el sector financiero. Así ocurre con nuestro Ibex, con el Eurostoxx 50 ó con el CAC francés. Esta crisis iniciada a finales de 2007 ha sido eminentemente una crisis financiera y parecía justo que fuera ese sector el más castigado. Economías e índices bursátiles mucho más abiertos nos ponían los dientes largos con su alcismo sin matices.
Sin embargo, parece que el temido efecto contagio se hace presente y de ello es buena prueba lo ocurrido este verano con el Dax alemán. Si lo que viene es una recesión, pocos serán los sectores que escapen a sus perniciosos efectos. Y, echando un vistazo a su gráfica, parece que ésa es la lamentable composición de lugar que se ha hecho el mercado. Es cierto que el índice alemán anda 1.200 puntos por encima de la zona de escape dejada en marzo de 2009, la misma en la que se encuentran inmersos los periféricos. Pero también lo es que el deterioro técnico de la serie es innegable.
Sombrío panorama el que dibuja el analista, pensarán los lectores, siempre deseosos de escuchar un mensaje positivo, por más que las evidencias apunten en la dirección contraria. Pues bien, no se apuren, aún quedan esperanzas, representadas por los mercados de ultramar. Tanto el Dow Jones Industrial como el S&P 500 se encuentran a años luz de las equivalentes zonas de soporte por las que transitamos por estos castigados lares.
Y estamos dispuestos a mantener esas esperanzas mientras las series de los principales índices de Wall Street no dibujen un segundo movimiento a la baja. Aunque la pérdida de las directrices alcistas nacidas en la primavera de 2009 y el dibujo de lo que parece un pull back al soporte perdido no tienen buena pinta, estamos dispuestos a aceptar que la cosa no ha sido más que un pasajero momento de debilidad, sin implicaciones tendenciales.
Eso sí, si en próximas semanas el S&P 500 cruza a la baja en cierres y de forma solvente la cota de los 1.100 puntos, y el Dow Jones hace otro tanto con los 10.600, tendríamos dos acontecimientos sobre la mesa: el primero, una segunda onda bajista en gráfico semanal; y el segundo, una ausencia total de argumentos a los que agarrarnos para dejar una nota de esperanza en nuestros análisis.
Seguiremos los acontecimientos, sean los que sean, aunque ya no volveremos hasta el próximo lunes. La semana que viene retomaremos, de una vez por todas, el ritmo normal de publicación. Sean buenos, pero no ingenuos.
Tal y como están yendo los mercados de divisas esta noche mañana les van a meter otro viajecito hacia los rojos infiernos a las bolsas.
En el Ibex nos vamos a meter de lleno en la franja amarilla.
Un saludo y a sufrir.