Uno oye por ahí que es buen momento para cambiar de coche, que los vendedores andan algo escasos de clientela y que el mismo comercial al que antes había que mendigar unas ridículas alfombrillas ahora nos invita a un café, les ofrece unas piruletas a esos niños que los sábados por la mañana frecuentan los concesionarios y nos regala lo último en navegación por satélite. Incluso, si la piruleta acaba formando un todo con la tapicería de alguno de los vehículos de la exposición, no le veremos perder la sonrisa.
Llega después la nada fácil tarea de convencer a la esposa de lo conveniente que se presenta la ocasión para mandar al mercado de segunda mano ese coche en el que le declaramos nuestro amor eterno. Y es que, por más que los sentimientos puedan tener vocación de eternidad, la materia, entiéndase por tal ese maldito trasto al que le falla el portón trasero, la calefacción, los amortiguadores y el consabido carburador, está sometida a las leyes de la física y a su temporalidad limitada.
Conseguida la superación de tamaña resistencia, llega la hora de elegir el modelo en cuestión. Y, ya que nos vamos a tirar al barro, ¡qué mejor apuesta que la tecnología alemana! Llegados a este punto, ¿BMW o Porsche? Quizá lo mejor sea comprarse un BMW, sobre todo porque va a ser difícil meter a la suegra, la pecera, las criaturas y las cinco maletas en uno de esos estilizados biplazas camino de la playa. Además, la loable preocupación que las autoridades demuestran últimamente por la reducción de nuestra particular factura energética, ajena a cualquier afán recaudatorio, ha convertido en un todo un suplicio el circular con un deportivo de 300 caballos a 110 kilómetros por hora por una de esas interminables rectas de la geografía nacional.
La decisión está tomada: nos convertiremos en conductores de un BMW, un coche fiable que presenta una inmejorable relación calidad-precio en el momento actual.
¡Vaya!, con la ilusión del momento se me había olvidado por completo que esto era un página dedicada al análisis técnico bursátil. Bueno, tengo algo de prisa, no me vayan a cerrar el concesionario. Cambien en el texto las palabras “coche fiable” por “valor en tendencia alcista” y “una inmejorable relación calidad-precio” por “una atractiva ecuación riesgo-rentabilidad”, echen un vistazo a las series que acompañamos y saquen sus propias conclusiones.
BMW serie 3 a que precio? para ser tan apetecible? jejeje
Yo el otro día me compré unos cuantos de la Daimler-Chrysler. A ver si la suerte y el mercado nos acompaña.