El rescate de Dexia, la compra de Banco Pastor, … Estamos ya acostumbrados a que a diario los bancos ocupen la primera plana de las páginas económicas, y, la verdad, la mayor parte de las veces protagonizando noticias poco halagüeñas. Al menos, ésa es la conclusión que debemos obtener vista la lectura que de los acontecimientos viene haciendo el mercado.
Del mismo modo que buena parte de los valores que protagonizaron el boom de la burbuja tecnológica cotizan más de diez años después a años luz de los precios que llegaran a alcanzar en plena exuberancia irracional, también ahora pudiera ocurrir otro tanto con los protagonistas de esta crisis financiera que vivimos.
De igual manera que títulos de primera fila como las grandes telecos europeas o el propio índice neoyorquino Nasdaq 100 mantienen en tareas pendientes el alcanzar algún día los valores que aquellos años dorados, y alocados, les concedieron; también así gigantes del sector bancario como Citigroup o Bank of America, por no hablar del producto nacional, no van a tener fácil volver a ver los precios del año 2007.
Incluso, puestos a hacer bolsa ficción, podríamos afirmar que seguramente el mercado ya nunca encontrará motivos para pagar lo que un día se pagó por sus acciones.
En bolsas en las que el peso de los bancos no es excesivo, como la alemana o la norteamericana, el argumento expuesto no supondrá una losa demasiado pesada. Pero en bolsas como la española o la francesa la cuestión puede significar un lastre insalvable que impida por largo tiempo remontar el vuelo y nos haga sufrir nuestro particular efecto Nasdaq.
Es bolsa ficción, lo sé, y como tal debe entenderlo el lector. Pero lo verdaderamente real es que los bancos no son, a día de hoy, activos cuyas series den demasiados motivos para las compras. Si mañana la situación cambia, cambiaremos de opinión. Pero eso será mañana, … si es que hay ese mañana.
¿No decían que los bancos estaban sanos hace unos meses cuando se hizo el estrés de la banca europea? Ahora resulta que no lo está, y que la banca necesita ser rescatada de nuevo, me parece que los test de estrés de la banca sólo se hicieron para intentar tranquilizar a los mercados y a las bolsas durante un tiempo, pero la realidad habla por sí sola, y unos meses después nos vemos con serios problemas para la banca europea, ¿cómo podemos confiar en un sistema, si no para de hacer montajes para tranquilizar a la gente mientras tiembla ante la realidad? Os dejo un artículo sobre la situación real de la banca europea y la poca credibilidad que tuvieron los test de estrés que se realizaron: http://www.bolsalibre.es/articles/view/test-estres-banca-europea-farsa