¿Estamos ya en plena corrección? Pregunten al Nasdaq

¿Estamos ya asistiendo a una corrección en Wall Street? ¿Hasta dónde podrá llegar este retroceso? ¿Dónde está el límite entre un simple y lógico retroceso y un cambio de tendencia?

Vayamos por partes. En nuestra opinión, desde el momento en el que los índices directores de Wall Street perdieron en cierres esas directrices que servían de suelo a los canales alcistas que marcamos en nuestros gráficos de cabecera, ya podemos decir que estamos viviendo un tramo correctivo.

Saber, a priori, hasta dónde podrá llegar esta onda reactiva (entendiendo como reacción todo movimiento en contra de la tendencia instaurada) es tarea imposible. Podemos elucubrar recurriendo a los retrocesos de Fibonacci, aunque por aquí no seamos especialmente seguidores de la razón áurea. Podemos también marcar zonas que ya han demostrado su valor como soporte como eventuales puntos de atracción para el precio, y situar en los 1.170 y 1.150 puntos del S&P 500 las cotas a las que podría tender la cotización dentro de este escenario correctivo.

Pero todo eso no sería más que un juego, entretenido eso sí, pero un juego al fin y al cabo. Lo que nos vale es que los largos que vengan desde abajo ya deberían haberse cerrado con lo visto el viernes (al menos nosotros lo hemos hecho) y que ahora toca esperar acontecimientos con la caña preparada.

Ciertamente, la tecla sobre la que tenemos puesto el dedo sigue siendo la de las compras. Mientras los gráficos no nos marquen otra cosa, nuestro escenario es correctivo, pero en modo alguno manejamos el cambio de tendencia. Para que comenzáramos a manejar esta segunda idea, y a cambiar nuestro dedo de sitio, deberíamos ver perder con claridad al S&P 500 los 1.150 puntos y, sobre todo, al Nasdaq la zona de los 2.030 puntos.

Los cortos en estos índices tienen ahora mismo el nada despreciable atractivo del stop cercano, pero no es fácil operar contra tendencia, y en todo caso hay que estar muy pendiente de la pantalla.

La tecnología (miren al Nasdaq 100) se está tomando un descanso. Y, si la tecnología habla, nosotros escuchamos.