Ya este fin de semana mencionábamos lo que parecía un cierre de largos en el oro. Desde entonces, hemos visto cómo el soporte de los 1.150 dólares no ha podido frenar la caída y este activo parece viajar a toda prisa en busca de un primer soporte relevante en el que tomar aire.
Esas líneas de nuestro gráfico que se encuentran más abajo de la cotización se corresponden sucesivamente con los puntos en los que el oro debería parar la caída. La violencia del golpe, similar a la que se ha visto en la subida iniciada en agosto, seguramente necesitará de un tiempo para ser digerida. En la serie ya se aprecia cómo en febrero de este año ocurrió algo similar y el oro necesitó de varios meses antes de poder reiniciar las subidas.
Si los comprados cortoplacistas deberían haber cerrado sus posiciones con la pérdida de los 1.150 dólares, los que anden con ganas de comprar deberán dejar que este cuchillo en caída que ahora mismo es el oro acabe clavándose en alguna de esas directrices. No creemos que haya pasado la fiebre del oro, al menos no hay motivos aún para pensar en un gran cambio de tendencia, pero parece que el mercado se ha tomado un antipirético. Así que mejor esperar a que se le pase el efecto.