Se trata de una pauta chartista poco frecuente, normalmente anunciadora de un techo de mercado y de un cambio de tendencia de alcista a bajista. Hay quien también los considera como posible final de una tendencia bajista previa, pero estos diamantes son aún más raros.
Se le da la denominación de diamante precisamente por la forma que adopta la pauta, algo así como dos triángulos de sentido contrario unidos por la base. El punto más alto de precio y el más bajo de la formación se han de dar con cierta proximidad en el tiempo, aunque obviamente no es necesario que sea de un día para otro. Lo que hay antes y después de esos puntos álgidos son una serie de velas que se mueven más o menos en una banda de precios similar que tiende a estrecharse.
Sería algo así como un período de lateralidad con dos intentos fallidos de romper la misma al alza y a la baja. Esta es la idea sicológica que subyace en la pauta: una zona de control del precio en la que, sin embargo, se ha demostrado puntualmente la capacidad de las fuerzas alcistas y bajistas para esquivar dicho control.
Como en toda pauta, no esperéis un dibujo perfecto para darla por hecha. Basta con que las velas sigan ese patrón sicológico.
Ya hemos dicho que se da en tendencias alcistas y que sus implicaciones, una vez confirmada, son bajistas. Esta confirmación viene con la rotura del último tramo a la baja. Hay quien sitúa esta confirmación en la pérdida de la última línea ascendente, si bien yo prefiero entender que la misma se confirma con la pérdida del punto más bajo de la formación. Con ello se evitan posibles redibujos de ese último tramo al alza y señales falsas.
En cuanto a su fiabilidad, hay opiniones para todos los gustos. Unos les conceden una escasa virtualidad bajista. Otros, en cambio, ven en los diamantes incluso el anuncio de crash bursátiles. Mi opinión, basada en experiencias pasadas, es que sí tienen bastante fiabilidad, si bien no como el fin del mundo, sino como el anuncio, una vez confirmada, de una corrección de cierto calado.
Hasta ahí la teoría. En cuanto a Telefónica, lo que dibuja se parece a un diamante en formación, cuya confirmación está aún lejos de llegar. Por lo demás, el valor sigue teniendo un buen aspecto gráfico, a pesar de lo que ha caído estos días. El sector está fuerte y el dinero que sale de bancos y seguros parece buscar refugio en las telecos.