Tenía oportunidad de leer esta tarde una reseña de un artículo publicado en el Wall Street Journal con un título sugerente, E.E.U.U.: El «dinero tonto» vuelve a Wall Street. Más de lo mismo pensé, el típico artículo en el que se ridiculiza la forma de operar de los pequeños inversores y se ensalza, cuando no se endiosa, la manera de actuar de eso que llaman las manos fuertes.
Y, básicamente, ésas son las ideas que pululan por las escasas líneas de la reseña que mencionamos. Siempre me ha parecido que detrás de expresiones como «dinero tonto» subyace un poco de aquel aire aristocrático y un tanto displicente hacia el vulgo que ilustres gurús de los mercados destilaban. Lean a Kostolany y echen un vistazo a su biografía y sabrán de qué les hablo.
Que el común de los mortales inversores suele ir con el pie cambiado es cierto sólo en parte, como también lo es que los grandes inversores institucionales no se equivocan nunca. La historia bursátil está llena de pequeños inversores que supieron aprovechar las tendencias, como lo está de operaciones de gran calado totalmente ruinosas.
Pero matizar e intentar poner las cosas en su justa medida no vende, y por eso es necesario echar mano de grandilocuentes titulares y de manidos lugares comunes. La verdad es que, de todo el artículo en cuestión, sólo me quedo con una frase: Este grupo (el de los inversores individuales) suele ser un indicador atrasado porque toma sus decisiones según los acontecimientos del pasado, en vez de predecir las ganancias del futuro. Estamos hartos de decir por aquí que en bolsa el pasado no vale para nada y que lo único que cotizan son las expectativas, descontadas en el precio, único indicador fiable de lo que está por venir y aún no conocemos.
En consecuencia, la pregunta está servida: ¿podrá ese «dinero tonto» mantener a los índices directores de Wall Street en el seno de esos canales alcistas que marcamos en nuestros gráficos de cabecera y que guían a las cotizaciones en los últimos meses? Y, puestos a preguntar, ¿qué clase de dinero es el que mueve al mercado español? ¿Son los listos o los tontos los que nos mantienen en esa divergencia con los mercados alcistas?
La envolvente alcista vista hoy en el Ibex, a pesar de haberse producido en las inmediaciones del soporte que cotiza en los 10.185 puntos, viene acompañada de un volumen más bien escaso y ha sido incapaz de superar en cierres la resistencia horizontal de los 10.430 puntos, por lo que no le damos, en principio, virtualidad alguna. El ligero retroceso visto en el Dow Jones Industrial y en el S&P 500 es lógica consecuencia de unas cotizaciones en la parte alta de esos canales alcistas. Todo sigue básicamente igual, para bien o para mal.
Seguiremos los acontecimientos.