Rebotamos con fuerza, así que seamos prudentes

Acometemos hoy la ingrata tarea, ingrata pero necesaria, de poner algo de cordura en un día de euforias desmedidas. Que la bolsa suba es una buena noticia para todos. Pero dejarse llevar por lo visto en una sola jornada puede resultar algo no demasiado aconsejable, por muy espectacular que haya sido la sesión de marras.

Una única vela nunca marca tendencia. Si finalmente resulta que estamos ante el inicio de un cambio de tendencia en la bolsa española, eso sólo lo sabremos cumplidas una serie de premisas. Saberlo ya desde hoy es algo que, al menos a nosotros, se nos escapa.

Diferenciar entre la prudencia excesiva y la lógica cautela no siempre es fácil. Y por ello desde aquí solemos recomendar objetivar la situación, marcando determinados niveles de precio cuya superación, unida al desarrollo de los acontecimientos en mercados correlacionados, supondrían ya un vislumbre de algo más que un mero rebote. No es que, cumplidas esas premisas, la posibilidad de cometer un error al abrir una estrategia compradora no estuviera presente. Pero, al menos, nos quedaría el consuelo de haberlo hecho guiados por un método y no por una decisión meramente impulsiva.

Técnicamente, este rebote (a día de hoy, nos van a permitir que sigamos empleando este término) se ha producido en zona de soporte. La banda de precio que cotizaba entre los 9.175 y los 9.350 puntos del Ibex constituía un soporte que por aquí ya hemos comentado. Por su parte, los dos grandes bancos se encontraban al cierre de ayer justo en la zona en la que se marcaran los mínimos de junio.

Un rebote en zona de soporte es ya un primer dato a tener en cuenta. Sólo falta la confirmación de que estamos ante un verdadero cambio de sentimiento en el mercado, aunque sea en estrictos términos cortoplacistas. Y, para que demos por producida esa metamorfosis, entendemos que deberían verse cierres solventes por encima de los 10.000 puntos del Ibex. Cumplida esa premisa, y aunque no se hubiera producido todavía con ello un cambio de tendencia, los operadores del corto plazo podrían comenzar a cambiar su dedo de tecla.

Nuestro mercado quizá sea una buena opción, y quizá lo sea antes de lo que algunos piensan, o pensamos; pero, puestos a jugarnos el dinero en el lado largo de aquí a final de año, nosotros seguimos prefiriendo el hacerlo en mercados netamente alcistas, como ese S&P 500 cuyo futuro pelea a estas horas con la resistencia que ronda los 1.205 puntos o el Dax alemán que, salvada la amenaza que ayer apuntábamos, rebota desde las proximidades de la directriz alcista y que bien pudiera ir camino del techo del canal de líneas azules.

Seguramente mi discurso no gustará a más de uno. Hoy venden más los titulares grandilocuentes. Estamos ante un día para que saquen pecho aquéllos que llevan recomendando acumular desde hace ya demasiados euros.

En fin, que cada uno haga lo que mejor le parezca. Nosotros, puestos a realizar compras navideñas, preferimos hacerlo más allá de nuestras fronteras. Aún no vemos llegado el momento de consumir productos nacionales. Si los acontecimientos se aceleran, cambiaremos nuestro escenario con la velocidad requerida, pero sin saltarnos un solo semáforo.