Los objetivos que marcábamos al recomendar la compra de NH Hoteles con la superación de los 3,80 euros se han cumplido. Esa directriz bajista (línea roja en el gráfico adjunto) nos parecía el destino probable para el precio y ahí justamente se encuentra la cotización, con una velocidad endiablada, dicho sea de paso, que en modo alguno presumíamos al hacer nuestra recomendación.
¿Quiere eso decir que toca cerrar las posiciones compradoras que se abrieron entonces? En modo alguno. Son las pérdidas, cuando nos equivocamos, las que se deben cortar de raíz, ejecutando religiosamente los stops iniciales de protección fijados. Los aciertos y las ganancias que traen consigo deben exprimirse al máximo, haciendo así que el saldo final entre estrategias erróneas y acertadas sea lo más positivo posible.
¿Significa eso que debemos despreocuparnos y regodearnos en nuestra buena puntería? Claro que no. Sólo hay algo peor que errar el tiro y perder en una estrategia, y no es otra cosa que ver cómo una posición ganadora se acaba convirtiendo en una posición perdedora. Sobre cómo proteger las ganancias hay tantos librillos como maestrillos. Nosotros somos de aquéllos que en tales circunstancias se tornan cortoplacistas incluso en estrategias de recorrido más largo, sobre todo cuando los objetivos técnicos se han cumplido, como ahora es el caso.
De hecho, en nuestra opinión, si NH Hoteles cierra por debajo de los 4,50 euros, nosotros materializaríamos las plusvalías acumuladas. Por supuesto, como buenos medioplacistas a los que las ganancias han convertido en nerviosos cortoplacistas, ese nivel de protección de plusvalías se irá modificando al alza en función del devenir de la serie, y siempre estableciendo el nuevo stop con criterios técnicos y no dejándolo al caprichoso arbitrio de un determinado porcentaje a la baja.
Seguiremos los acontecimientos.