Si la línea roja que marcamos en la serie adjunta representaba la directriz que guió la corrección iniciada a mediados de febrero, la línea azul nacida a mediados de marzo constituía el prometedor inicio de una recuperación al alza. Nuestro Ibex ha conseguido cruzar ambas directrices, abriendo paso con ello a un período en el que es difícil distinguir, por no decir imposible, quién pueda tener el control de la situación.
Es cierto que respeta la resistencia que representa esa línea naranja que cotiza en la zona de los 10.830 puntos, lo que denotaría reverencia hacia el bando bajista. Pero también lo es que desde la sesión del 23 de marzo el índice rebota cada vez que se acerca a esa línea verde que marcamos en la serie, lo que bien pudiera interpretarse como cierta condescendencia con el bando alcista.
Apreciará ahora el lector lo elocuente del título elegido para este análisis. Esperemos a la resolución de ese «todo lo contrario».
