Dejábamos a la bolsa española a los pies de los caballos justo antes de empezar nuestras vacaciones y ahora que volvemos a la carga nos encontramos que, por momentos, los mercados han sido brutalmente pisoteados.
Haciendo uso de una de esas socorridas metáforas bursátiles que se refieren al mundo animal, podría decirse que los equinos bajistas cabalgaron a sus anchas durante días y días, dejando en el aire sensaciones que no se apreciaban hace ya tiempo.
A finales de julio, técnicamente hablando, la clave pasaba por el mantenimiento de la zona de los 7 euros en el Santander. Sólo si el timón del Ibex era capaz de aguantar sobre esa línea verde que se marca en nuestro gráfico semanal del valor, podía seguir pensándose que la debilidad demostrada por la bolsa nacional permanecería contenida dentro de una cierta lógica, bajista pero lógica al fin y al cabo. Una vez que el precio cruzó esa línea, con contundencia y con volumen, las puertas del abismo se abrieron de par en par.
Y lo peor no es, a día de hoy, que ese pasado reciente haya dejado apreciables pérdidas en la cuenta de los inversores. Lo verdaderamente negativo desde el punto de vista técnico es que aún no hay síntoma alguno en la gráfica que nos invite a pensar que lo peor ya ha pasado. De hecho, y atendiendo al comportamiento del volumen estas últimas semanas, sigue latente la posibilidad de ver un gran pull back al soporte perdido por el Santander (la zona de los 7-7,20 euros) antes de iniciar un nuevo tramo bajista.
El soporte que cotiza en la zona de los 5,75 euros ha servido para frenar la estampida bajista. Pero no hay aún motivos para pensar que la manada no pueda volver a trotar camino de soportes que cotizan un euro más abajo, nacidos con los huecos alcistas de comienzos de marzo de 2009.
Precisamente hasta esa zona de escape alcista dejada en 2009 es hacia donde se ha dirigido el índice director de nuestra bolsa. La banda amarilla que marcamos en la serie semanal adjunta se corresponde con la reacción alcista que puso fin a la tendencia bajista iniciada a finales de 2007. Esa banda marca un soporte fundamental que va desde los 7.425 a los 7.840 puntos.
El gran martillo dejado por el Ibex 35 hace cuatro semanas, con volumen apreciable, llegó a adentrarse en esa zona de soporte. Los optimistas querrán ver en ello una clara señal de compra: vela amartillada que marca suelo en zona de soporte con volumen alto. No les falta razón en su argumento, si no fuera por el pequeño gran detalle que supone no haber visto entusiasmo alguno en el volumen en estas dos últimas semanas.
Si en septiembre vuelve el dinero, habrá que estar atento al sentido que marca en los precios. Podemos estar justo al inicio de un nuevo gran suelo de mercado, repleto de oportunidades de compra, o bien ante un simple descanso previo a una nueva recaída bajista. A nosotros, hoy por hoy, aún nos faltan argumentos de peso para decantarnos por una u otra opción.
Seguiremos los acontecimientos.