El considerable adelanto que BBVA ha tenido en la recuperación alcista tras los mínimos veraniegos sobre su colega el Santander ha propiciado que le tocara en primer lugar la difícil tarea de enfrentar la resistencia que supone la línea verde que marcamos en la serie adjunta.
Esa zona de los 6,80-7 euros fue soporte, y de los buenos, durante los últimos años y ahora, una vez que fuera perdido, era de esperar que se convirtiera en una resistencia difícil de franquear. Es una de las reglas del chartismo que mejor se comportan y sobre la que por aquí incidimos con frecuencia: un soporte perdido invierte su papel respecto al precio por el de resistencia para futuras recuperaciones.
Y la semana pasada tuvimos ocasión de contemplar una demostración práctica de la teoría.
Aquéllos que aguantaran las caídas de este verano y no vendieran no tendrían ahora motivos para cambiar de opinión y dejar de ser accionistas del banco hasta no ver cierres semanales (dos mejor que uno) por debajo de los 5,25 euros.