BBVA es, posiblemente, el valor que mejor viene midiendo los tiempos del mercado. Bastará que echen un vistazo a la serie semanal adjunta para entender nuestra afirmación.
A finales de 2006 y comienzos de 2007, cuando todavía el ciclo alcista bursátil iniciado en 2003 tenía por delante un año más de vida, BBVA ya dibujó algo parecido a un doble techo en la zona de los 19 euros, dando paso con ello a una tendencia bajista que tendría ocasión de acelerarse en aquel fatídico 2008. En realidad, nuestro banco no fue en esto especialmente original, ni hay que catalogarlo por ello como un adelantado, ya que la mayoría del sector bancario (especialmente en Estados Unidos) inició la tendencia bajista por las fechas que se han indicado.
Más recientemente, a principios de este último agosto, el precio cruzaba a la baja y con contundencia la línea que marcamos en verde en la gráfica, avisando con ello de que las cosas iban a empeorar ostensiblemente. Si en 2010 esa zona de los 7 euros sirvió de soporte, no iba a ocurrir lo mismo en 2011.
La cotización tuvo así ocasión de poner a prueba el soporte con mayúsculas que habita en la banda de precio que va de los 5,25 a los 5,70 euros (banda amarilla en el gráfico). En esa zona se produjo el escape alcista de marzo de 2009 y ahí se encuentra la última frontera, la barrera que puede impedir que los precios se dirijan irremediablemente camino del abismo que suponen los mínimos de aquel año y más allá.
Y, si el soporte funcionó, también la resistencia en que se ha convertido la línea verde, una vez cruzada a la baja, se viene esforzando estos últimos meses en cumplir con su trabajo de freno para la cotización. Van ya tres ocasiones, la última esta semana, en las que el precio se ha acercado a los 6,80-7 euros y en las tres el resultado ha sido el mismo: fracaso y retroceso.
Esta semana que hemos acabado, además, esa resistencia ha contado con la inestimable colaboración de la directriz bajista que marcamos con una línea marrón, directriz que viene guiando escrupulosamente a la cotización durante todo el año pasado.
Habrá, pues, que estar muy pendientes de la evolución de BBVA. Una rotura al alza de los 7 euros sería una magnífica noticia para los alcistas, los cuales deben andar apesadumbrados tras este último fiasco y temerosos de ver cómo el precio se dirige de nuevo hacia la zona de soporte que indicábamos más arriba.
Si el Santander, por su capitalización, es el timón del Ibex, BBVA bien puede ser la brújula que nos indique el rumbo de los acontecimientos.