Hace unos días Zeltia tuvo uno de sus periódicos calentones ante las posibilidades curativas de un nuevo fármaco. Los que hayan seguido la historia bursátil de este título ya estarán curados de espanto sobre estas noticias. No deja de ser digno de admirar el que una compañía dedique sus esfuerzos a la búsqueda de un remedio contra el cáncer. ¡Ojalá algún día las acciones de Zeltia abrieran con un hueco al alza de centenares de euros! Ese día no sólo los accionistas estarían de enhorabuena.
Pero en el mercado, lamentablemente, no cotizan los buenos propósitos, sino que lo que mueve a los precios son las realidades y las expectativas tangibles.
Zeltia es un valor bajista, tremendamente bajista. En la gráfica semanal que adjuntamos pueden observar cómo las directrices bajistas se han respetado escrupulosamente y de qué manera los sucesivos soportes que se han ido perdiendo han acabado por tornarse en barreras para futuros e infructuosos intentos de recuperación. En el muy corto plazo, el precio lucha estas últimas semanas por superar esa directriz bajista naranja que sirve de techo al canal que atenaza a la cotización desde mediados del año pasado.
Sentimos profundamente que, a día de hoy, Zeltia siga siendo bajista, pero es lo que hay.
