Ebro es una vieja amiga a la que teníamos bastante abandonada últimamente. Pero al igual que ocurre con las amistades de verdad, por mucha distancia que la vida y el tiempo pongan por medio, siempre queda un poso capaz de reavivar la llama de la camaradería a la más mínima oportunidad. Y la oportunidad, hablando en estrictos términos bursátiles, puede que se esté presentando.
Echen un vistazo a la gráfica que adjuntamos (gráfico puro sin ajuste tras el pago de dividendos) y centren su mirada en esas dos elipses doradas que se marcan. La primera se correspondería con la contundente rotura al alza de la resistencia dinámica que representaba la directriz bajista de medio plazo (línea roja). La segunda tiene toda la pinta de suponer el final de un pull back a la resistencia superada para desde ahí retomar las subidas. El comportamiento del volumen sería concordante con esta idea.
Si bien es cierto que un pull back no es tal hasta que los precios no consiguen superar los máximos relativos que dieron lugar al inicio del paso atrás, no me negarán que no dan ganas de jugársela y subirse ya al carro de las compras, apurando con ello la relación riesgo-rentabilidad. Y es que no deben olvidar que, ya se compre ahora o se haga tras superar la zona de resistencia que va de los 15,25 a los 15,50 euros (líne naranja), el stop inicial de protección de cualquier operación compradora sería el mismo (pérdida en cierres de los 14 euros).
Cabría una tercera opción: esperar a que el precio sea capaz de superar un par de resistencias de muy corto plazo dejadas por sendos huecos bajistas producidos en el reciente retroceso. Si el título fuera capaz de conseguir cierres por encima de los 14,70 ó los 14,90 euros, quizá cupieran ya menos dudas sobre la posibilidad que expresamos en este análisis.
Seguiremos los acontecimientos.
