Un gráfico bisemanal como el de abajo puede aportarnos sin duda una completa visión de lo que ha sido la historia de nuestro Ibex 35. Esas tendencias que se han sucedido, identificadas con sus respectivos colores, nos dejan claro que ni se sube ni se baja eternamente. Y es ahí precisamente donde radica lo importante de esta mirada histórica a la serie, en que nos deja claro que, tarde o temprano, esas últimas líneas rojas darán paso a otras de color verde.
Incluso me atrevería a decir que dentro de unos años el techo de ese gran canal azul volverá a estar de moda. No sé si para entonces seguiremos por aquí. De ser así, prometo sacar este gráfico del baúl de los recuerdos.
Dejando a un lado el componente histórico del gráfico, y que se explica con su sola contemplación, e intentando extraer alguna consecuencia de fondo sobre el momento actual de la tendencia, seguimos creyendo en la idea de haber visto un suelo de mercado con los mínimos de comienzos de marzo. De la misma manera, creemos que estas seis semanas consecutivas al alza tienen que tomarse un descanso. Es más, estamos convencidos de que el mercado nos pondrá en el brete de tener que dudar de nuestras convicciones, dando lugar en algún momento a una acusada corrección de las subidas.
Ése es nuestro escenario de trabajo. Después el mercado hará lo que mejor le parezca, como siempre. Y por poner algún número en este análisis repleto de letras, decir que sólo con la superación en cierres semanales del nivel de los 9.900 puntos (por redondear) podríamos entender que la tendencia bajista ha perdido uno de sus fundamentales atributos: la secuencia de máximos relevantes decrecientes. Para darla por fallecida oficialmente, los cierres semanales deberían superar la cota de los 12.000 puntos.
Sin duda, tendremos ocasión de escribir mucho por el camino.
