La directriz bajista nacida con los máximos de finales de 2.007 frenó la cotización en mayo de 2.008, haciendo lo mismo en agosto y septiembre de ese mismo año. Ahora, en este mayo, volvemos a sentir su presencia cercana y el precio amaga con darse la vuelta. Además, esta resistencia dinámica primaria ha encontrado un buen aliado en la zona de resistencia horizontal que marcamos con una línea naranja en el gráfico de más abajo.
En las dos ocasiones anteriores que la cotización tocó esa línea naranja, el resultado fue una caída en picado. Que eso ocurra ahora dependerá, en buena medida de la fortaleza que muestren los soportes que hay más abajo: uno dinámico en la línea azul inferior y varios horizontales en los sucesivos mínimos crecientes marcados en la subida desde los mínimos de marzo.
De momento, y aunque estas dos últimas velas guardan un endiablado parecido con las dejadas en enero de este año al toque de la línea naranja, no hay aún síntomas de debilidad que inciten a un cierre generalizado de largos.
