Corría febrero de 2.007 y BBVA marcaba máximos históricos. A las bolsas le quedaban aún varios meses de recorrido al alza, pero el mercado había decidido ya entonces que el sector bancario no debía ser invitado a esa fiesta. La directriz bajista nacida entonces ha cobrado ahora, más de dos años después, todo su protagonismo como resistencia dinámica para la cotización.
El precio se muestra incapaz de superarla, pero tampoco encuentra motivos para buscar niveles inferiores. Técnicamente, la formación que viene dibujándose desde los máximos de agosto tiene toda la pinta de ser una típica pauta de consolidación previa a nuevas subidas.
Pero la presencia imponente de la directriz bajista nos obliga a vigilar determinados niveles de soporte cuya pérdida nos haría abandonar esta idea de consolidación y comenzar a pensar en una corrección de mayor calado.
El más inmediato de los soportes se encuentra en los inmediatos 11,95 euros, si bien no cerraríamos una posición compradora en el valor hasta no ver cierres por debajo de los 11,30 euros.
