La directriz bajista que supone la línea roja de nuestro gráfico impone su ley e impide que el euro pueda reconstituirse al alza en el corto plazo, aunque sólo sea para intentar nuevamente superar ese nivel de resistencia horizontal que suponen los 136 yenes.
Esta debilidad de la moneda europea respecto al yen en el muy corto plazo queda igualmente patente en esa sucesión de máximos descendentes que guía la línea marrón. Por abajo, es la línea directriz alcista azul la que tiene la tarea de impedir que el bajismo llegue a mayores. Mientras la misma no se pierda de una forma solvente, cabe pensar en que la reconstitución alcista llegará tarde o temprano.
A estas horas, el cambio se encuentra ahí, instalado entre el soporte y la resistencia. Veremos qué caerá antes.