De todas las formas que hay de cruzar al alza una directriz bajista, Arcelor ha elegido una de las menos convincentes. Ese hombre colgado que a duras penas asoma su cabeza por encima de la línea roja genera bastantes dudas. Y cuando eso ocurre en bolsa, lo mejor es filtrar la posible señal alcista con la espera del dibujo de las sucesivas velas. Quizá la semana que viene todo se vea más claro, sea para bien o para mal.
Este eléctrico valor tiene aún pendiente, desde un punto de vista tendencial, un viaje a la zona de los 32,40 euros, parte alta de la banda amarilla que marcamos en nuestro gráfico y que se corresponde con el gran hueco bajista dejado en octubre de 2.008, ése con el que andan lidiando los índices directores de la bolsa americana.
Encontrarse actualmente a más de 6 euros de ese nivel es una muestra de la debilidad relativa del título respecto al mercado. Puede que este argumento no guste a los enamorados del valor, pero desde un punto de vista tendencial veo difícil que se pueda rebatir.
Otra cosa es el encanto que Arcelor muestra para los amantes de las jugadas cortoplacistas, terreno en el que, sin duda alguna, es el rey de nuestro Ibex 35.
Por abajo, mientras no se produzcan cierres semanales que traspasen los 23,60 euros, el aspecto técnico no se verá especialmente deteriorado y todo será posible.