Los argumentos que hace unos días nos empujaban a comentar que nos estaban dando ganas de comprar siguen vigentes. Cada vez que el precio se encuentra en soporte, dentro de una tendencia alcista de fondo, estamos ante el momento de arriesgar con las compras.
En el ambiente flotan incertidumbres tales como el efecto que la rebaja de rating pueda tener sobre las empresas patrias o la necesaria corrección proporcional que los mercados en general piden a gritos tras lo mucho que se ha subido. Si embargo, si alguien pretende dejar sus inversiones en bolsa tan sólo para aquellos momentos en los que la cosa parezca segura y no se den incertidumbres de ningún tipo, es más que seguro que encontrará pocas oportunidades a lo largo de su vida de convertirse en accionista de otra cosa que no sea un club de tenis.
Me sigue pareciendo más que posible que al Ibex le quede aún un tirón al alza, o como poco otro acercamiento a la zona de precio 12.000-12.100 puntos, más que nada porque barajo como posibilidad que a Wall Street aún le quede otro impulso alcista más o menos claro.
Por un lado están las impresiones, subjetivas, pero por otro está la atractiva ecuación riesgo-rentabilidad, algo tan objetivo como un stop en los 11.300 puntos y un objetivo mínimo en los 12.000-12.100 puntos. Por supuesto, esta ecuación va siendo cada vez menos atractiva, en función de lo que el índice vaya subiendo. De hecho, han pasado ya más de cien puntos desde que decíamos que el índice estaba pidiendo a gritos una estrategia compradora.
Seguiremos los acontecimientos
