Mi ortodoxia chartista me aconseja colocar en el punto de mira a un valor o a un índice que toca una zona de soporte y amaga el rebote. Mi pragmatismo de especulador se inclina por aconsejarme que es mejor perder unos céntimos antes de tirarse al barro. Y para colmo, a uno le vienen a la cabeza extrañas ideas sobre combinaciones que pudieran acabar reflejándose en los gráficos.
Que el Ibex, una vez superados en cierres los 12905 puntos (premisa imprescindible en el corto plazo), fuera capaz de hacer un pull back a la directriz azul perdida, haciendo lo propio el Santander con la suya (de color verde) y todo esto acompañado de un movimiento por parte del Nasdaq Composite (la mano que guía a los mercados últimamente) de suelo a techo dentro de ese canal lateral en el que el precio se viene moviendo últimamente, es una idea que no deja de rondarme desde esta tarde.
Por supuesto, antes tendríamos que ver señales más claras que nos animaran a profundizar en nuestra creencia en este tipo de combinaciones: algo así como una secuencia de máximos crecientes en el Composite y la mencionada superación por parte de nuestro índice director en cierres del nivel de los 12.905 puntos. Seguiremos los acontecimientos lo más de cerca posible, que estas ideas suelen ser de las que se desarrollan deprisa.
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