De todas las formaciones chartistas que implican una vuelta al alza en el seno de una tendencia previa bajista, el hombro-cabeza-hombro invertido es, seguramente, la más fiable y la que más suele darse en gráficos semanales de largo plazo, expresivos de tendencias mayores. A finales de 2.002 y comienzos de 2.003, una gran pauta de este tipo desarrollada en los principales índices mundiales puso fin al bajismo iniciado con los máximos del año 2.000, dando lugar al gran mercado alcista que acabaría a finales de 2.007.
Algo muy parecido ha ocurrido a finales de 2.008 y comienzos de 2.009 en series como la del S&P 500, confirmando esa vuelta al alza con la superación del nivel de los 950 puntos, donde radicaba la línea clavicular de la formación. Sin embargo, hoy no recurrimos a un gran índice para ilustrar nuestra lección de análisis técnico. Preferimos tomar como ejemplo la serie del portugués Banco Espirito Santo, más que nada porque la misma puede marcar perfectamente todos los tiempos de este tipo de formaciones y porque, llegado el caso, puede valer a más de uno de cara a la operativa. Pasemos con la lección pura y dura:
-Lo primero que debe dejarse claro es que un hombro-cabeza-hombro invertido es una pauta de vuelta al alza que sólo se da en el seno de una tendencia bajista previa, o bien en el seno de una corrección dentro de una tendencia alcista. Es decir, como premisa se necesita ineludiblemente que los precios vengan cuesta abajo. Intentar catalogar dibujos parecidos justo en una zona de máximos es un error en el que no se debe caer.
-La formación debe su nombre al diseño del dibujo que el precio realiza. El primer hombro coincide con un pequeño intento de recuperación alcista (la H de la izquierda en nuestro gráfico), al que sigue un reinicio de la tendencia bajista de fondo que lleva al precio a marcar nuevos mínimos (la C de nuestro gráfico), los cuales marcarán un suelo que aún no puede ser detectado y que forma la cabeza de la pauta. Después se produce un movimiento al alza sostenido (dibujando la otra mejilla de esa cabeza) que se frena en las proximidades de donde se frenó el primero de los hombros, dando lugar a un pequeño retroceso (la H de la derecha de nuestro gráfico).
La línea que une los máximos marcados por esos dos hombros (línea azul) recibe el nombre de línea clavicular de la formación. La importancia de la misma es vital, toda vez que, tras este segundo retroceso, su final superación por el precio marcará la confirmación de la pauta de vuelta. Es lo que señalamos en el gráfico como zona de ruptura.
-Una vez que la ruptura confirmatoria se produce, pasamos a calcular la proyección teórica que para el precio habrá de tener el hombro-cabeza-hombro invertido, haciéndolo de la siguiente forma: trazamos una línea recta que une los mínimos de la cabeza con la clavicular y trasladamos dicha línea hacia la zona de ruptura, apoyando su parte inferior justo sobre la clavicular superada, de suerte que la parte superior de dicha línea nos da la proyección teórica para el precio.
Como siempre nos gusta decir en estos casos, más que la consecución exacta de la proyección calculada, nos interesa que con la confirmación de esta pauta se produce un cambio de tendencia de bajista a alcista.
-Producida la ruptura, que después se produzca o no un retroceso o pull back a la línea de resistencia superada (clavicular) depende de cada caso. En el ejemplo que estamos siguiendo, el pull back se ha producido a la perfección, si bien, para darlo por realizado, habrá de superarse el nivel máximo alcanzado justo antes de iniciar el retroceso.
Hasta aquí la teoría. Ahora le toca al mercado llevar o no a la práctica todo lo comentado. Seguiremos los acontecimientos.