Tras la montaña rusa en que se convirtió el oro durante los meses de noviembre y diciembre, con 200 dólares de subida y otros tantos de bajada sin solución de continuidad, la gráfica nos muestra ahora cómo esta commoditie se encuentra en ese momento crucial que siempre constituye el de estar en el punto en el que puede iniciarse un segundo impulso, a la baja en este caso.
Si bien ya la pérdida de esa directriz alcista de medio plazo (línea azul inferior del gráfico que acompañamos) denota un cierto debilitamiento de la tendencia alcista, aún falta completar ese deterioro del alcismo de medio plazo con el dibujo de una nueva onda a la baja, y para ello los bajistas habrán de ser capaces de cruzar solventemente esa zona de los 1.070 dólares (línea verde). Si ello ocurre, tendríamos un segundo impulso bajista y se haría ya muy difícil defender que lo ocurrido en diciembre no ha sido más que una onda correctiva de la tendencia alcista de fondo, previa a nuevas subidas.
Seguiremos los acontecimientos.