El proyecto de suelo que anoche comentábamos a propósito de los futuros americanos, y que tendremos ocasión de ver más adelante, ha propiciado este rebote mañanero que hoy vivimos. Esto entra dentro de la lógica: todo movimiento, incluso los más impulsivos, necesita de sus zonas de congestión o de corrección.
Y ahí, detrás de cada subonda correctiva, se encuentra el eterno dilema entre entender que estamos ante un cambio de la tendencia previa (nos referimos a la bajista de corto plazo), lo que en este caso propiciaría comprar, o bien ante un típico movimiento reactivo previo a la continuidad de esa tendencia previa, lo que en el caso que nos ocupa aconsejaría la prudencia y la espera de acontecimientos.
Para intentar objetivar lo más posible el discernimiento entre una y otra posibilidad, los analistas técnicos debemos establecer determinados niveles de precio que sirvan, en función de su superación o pérdida, como señal lanzada por el mercado en un sentido u otro.
Y en el caso que nos ocupa, y echando un vistazo al gráfico horario del contado del Ibex 35 que acompañamos, seguimos entendiendo que, al menos, deberían verse cierres diarios por encima de los 11.445 puntos para entender que esto pueda llegar a ser algo más que un mero rebote previo a nuevas caídas.
Antes, el índice tiene alguna que otra resistencia que batir, como el nivel de los 11.350 puntos o los 11.385 puntos, ambos en precios de cierre.
Os dejo con la contemplación del gráfico que acompañamos, tremendamente ilustrativo sobre esa regla chartista que marca que todo soporte, una vez perdido, se convierte en una resistencia para el precio.