Lo que en el caso del BBVA empezó con un doble techo en la zona de los 13,30 euros y en el del Santander con una inocente bajada ha acabado siendo un desplome en toda regla o, cuando menos, ha dado lugar a una endiablada aceleración bajista. Ambos valores tienen tareas pendientes importantes para el corto plazo, como lo es fundamentalmente la de dibujar un rebote de cierta entidad, un rebote que, aunque no nos haga olvidar el peligro bajista latente, al menos sirva para eso que llaman relajar indicadores.
Concretando, BBVA tiene como trabajo por realizar el de atacar la directriz bajista más acelerada (línea marrón del gráfico) y, en un escenario de mayor recuperación, la resistencia horizontal dejada en los 12,05 euros en cierres tras el tremendo hueco bajista de la sesión del 27 de enero.
Por su parte, Santander debe atacar primero el techo de ese canal de aceleración bajista que dibujan las líneas naranjas, para luego poder enfrentar la resistencia horizontal de los 10,75 euros.
Sabemos que en algún momento los bajistas necesitarán reponer fuerzas, momento en el que, teóricamente, el bando contrario, guiado por cazagangas, contraatacará los niveles que hemos citado. Pero una guerra no se gana con un ejército de cazagangas, hará falta ver dinero de verdad para entender que el rebote pueda llegar a mayores. No adelantemos acontecimientos, esto podrá pasar la semana que viene o a la siguiente, o incluso el mes que viene. Lo más inmediato pasa por ver cómo se tomará el mercado el dato de las 14,30 horas.