La terrible semana bajista vivida por el mercado español nos dejó, en las últimas horas de negociación, una recuperación alcista en Wall Street capaz de abonar la idea de que toque asistir en el inicio de la semana que mañana comienza a un rebote. Hasta ahí podríamos llegar en una lectura extremadamente cortoplacista: un lunes de rebote mañanero parece garantizado. Pero la pregunta que esta noche de domingo nos planteamos es ¿pueden un par de horas de negociación interpretarse como el principio de algo más que un mero rebote?
Hay que remontarse casi diez años atrás para encontrar seis semanas seguidas de bajadas en Telefónica. Si a ello le añadimos que estas seis semanas de caídas continuadas se han producido dibujando tres huecos de escape bajista y con volumen al alza, por aquí no vamos a encontrar demasiados argumentos alcistas.
Por contra, es cierto que nuestro Ibex 35 ha llegado a esa importante zona de soporte horizontal en gráfico semanal que suponen los 10.000 puntos, lugar donde se dejó un hueco de escape alcista en julio del año pasado, dibujando en gráfica diaria en la sesión del viernes una vela que bien pudiera estar marcando un suelo temporal. Tanto es así que los mínimos de esa sesión en las cercanías de los 9.900 puntos parecen el lugar adecuado para colocar el stop de protección de una estrategia compradora en el índice, desde el punto de vista cortoplacista, claro está.
Las prometedoras velas dejadas el viernes por los gráficos diarios en los índices directores de Wall Street avalarían la propuesta de abrir posiciones compradoras de trading cortoplacista. Pero no conviene olvidar que esos mismos índices han dibujado un incipiente segundo impulso bajista en gráfico diario y que esas horas finales del viernes pueden obedecer a un cierre parcial de cortos y a una entrada de cazagangas, argumentos que en modo alguno anulan los factores tendenciales bajistas que aún siguen presentes en el corto plazo.
Llegados a este punto, más de un lector ya estará pensando en que el analista ha dejado todas las puertas abiertas, para que, venga por donde venga el toro (o el oso), encuentre una salida honrosa. No es así, se trata más bien de dejar patentes las sensaciones con las que finalizamos la semana. Ahora, puestos a sacar conclusiones operativas de todo ello, ahí va nuestra hoja de ruta:
Si uno se considera un trader disciplinado en el uso de los stops y lo suficientemente experimentado en las distancias cortas, creemos que estamos ante una de esas oportunidades de apertura de largos con stop cercano que no deben dejarse pasar. En principio, no esperamos mucho de este rebote: nuestra idea pasa, en el mejor de los casos, por un nuevo acercamiento del S&P 500 contado a la zona de los 1.095-1.105 puntos o del contado del Dow Jones Industrial a la de los 10.275 puntos. En el caso del Ibex 35, la zona de los 10.620 puntos pudiera ser un objetivo. En todos los casos, los mínimos del viernes son el stop innegociable.
Un cortoplacista seguidor de tendencia, en cambio, no abiría posiciones compradoras hasta no ver una superación en cierres de esas cotas que hemos marcado como objetivos optimistas de un rebote en los índices americanos, especialmente de los 1.105 puntos del S&P 500. En el caso del Ibex 35, habrían de verse cierres diarios por encima de los 10.890 puntos para pensar que hay motivos para empezar a plantearse las compras.
Medioplacistas seguidores de tendencia deberían haber abandonado el mercado cuando por aquí ya se habló del inicio de la gran corrección. Su labor pasa ahora por estar pegados al mercado, a la espera de un punto de entrada. Cuando ese momento llegue, seguramente tendremos oportunidad de darnos cuenta de ello.
Hay muchos más niveles que tener en cuenta, como los inmediatísimos 10.240 puntos del Ibex que mañana mismo actuarán como resistencia en precios de cierre, y no faltan valores con sus propias peculiaridades. Pero todo eso ya tendremos ocasión de ir tratándolo a lo largo de la semana.