Incluso en el caso, más que probable, que los dos índices europeos más claramente alcistas se empeñen en poner fin al movimiento al alza iniciado a comienzos de febrero llegando a tocar la parte alta de los canales que definen las líneas azules, la verticalidad que va tomando este tramo alcista sostenido invita cada vez más al dibujo de una necesaria corrección proporcional.
Que esa corrección se produzca en el precio o en el tiempo, e incluso que la misma se acabe produciendo antes de conseguir los objetivos marcados, no será otra cosa que una probabilidad y un escenario de trabajo latente, pero no una realidad que pueda servir de base a la toma de decisiones operativas. Hasta que dicha eventualidad no se vea plasmada en la serie, no hay motivo alguno para el cierre de los largos que vengan desde más abajo.
El análisis técnico pretende, sobre todo, plasmar en sus pautas el sentir genérico que se acaba conformando fruto de los millones de decisiones operativas individuales que se producen a diario. Ese sentimiento genera un dibujo determinado y, gracias a la experiencia pasada, pasamos a interpretar cuál pueda ser el movimiento futuro que cada pauta dibujada nos está anunciando. En el fondo, estaríamos intentando objetivar nuestras decisiones de inversión tomando como base cientos de millones de decisiones subjetivas. Y lo que el análisis técnico objetiva ahora mismo es que el Dax será alcista sin matices mientras no se pierdan en cierres los 6.140 puntos. Con el Footsie ocurrirá otro tanto mientras no se vean cierres diarios por debajo de los 5.680 puntos.