De todos es sabido lo poco dados que son los norteamericanos al conocimiento de la geografía mundial. Se diría que les cuesta aceptar que haya nada realmente digno de mención más allá del Mississippi. Incluso, no hace muchos años, uno de sus presidentes se permitió ilustrarnos con su ignorancia geopolítica. No quiero imaginar qué podría resultar de una clase magistral en la que el bueno de George Bush y nuestra ínclita Belén Esteban nos iluminaran con sus lecciones de Geografía e Historia.
No creemos, sin embargo, que hayan sido éstas las razones que han posibilitado que todos estos meses de crisis griega no hayan impedido ver a los índices directores de Wall Street marcar máximos crecientes semana tras semana. Si algo le gusta al dinero, es estar bien informado.
Más bien opinamos que, simplemente, la poca relevancia económica que un país como Grecia tiene, en declive desde que el gran Alejandro dejase este mundo, no ha sido motivo bastante para cortar la tendencia alcista de ultramar.
Ahora, en cambio, la escena se ha trasladado hasta España, una economía cuyas debilidades sí pueden hacer pupa en la zona euro y, por extensión, en la economía global. De momento, sólo son rumores, aunque parece que más de un operador se ha aplicado aquello de que el rumor no es otra cosa que la antesala de la noticia.
Si a ello le unimos la situación técnica de los índices estadounidenses, pidiendo a gritos una corrección proporcional que aligere la verticalidad de estos meses de subidas constantes, parece que el tema español es la excusa perfecta.
Lo de nuestro Ibex 35 es otra historia. El dibujo en gráfico diario de un gran segundo impulso a la baja, y que ahora aún es sólo un boceto, enturbiaría sobremanera el ya debilitado aspecto técnico del índice desde comienzos de año. La pérdida en cierres de la zona de los 9.900 puntos no es una buena noticia para los alcistas, más si cabe atendiendo al comportamiento del volumen, concordante con la continuidad de las bajadas.
Podríamos decir que en los 9.635 puntos se encuentra el soporte horizontal más cercano o que en los 9.150 puntos está el soporte con mayúsculas más próximo, ambos en precios de cierre. Pero cuando lo que mueve las cotizaciones es el miedo extremo, los soportes se cruzan como si tal cosa.
Seguiremos los acontecimientos.