La gráfica diaria de Iberdrola nos marca una gran resistencia y un gran soporte en el medio plazo. Los 6,90 euros por arriba , donde el precio se ha dado de bruces en más de una ocación en sus intentos de reconstitución alcista, y los 4,90 por abajo, cota en la que en marzo del año pasado se dejara un hueco de escape alcista, marcan con bastante claridad esos niveles relevantes de referencia.
Así las cosas, la mente de un operador cortoplacista inmediatamente procesa la información y llega a una conclusión: la cercanía actual de la cotización a la zona de soporte indicada en los 4,90 euros en precios de cierre concede un atractivo especial a cualquier operación compradora, por aquello del stop cercano.
Si tendencialmente no hay motivo alguno para animar a las compras en el título, considerando esa cercanía al importante soporte que indicamos, quizá con la superación de los 5,55 euros en precios de cierre (zona de resistencia horizontal en el muy corto plazo) cabría dar rienda suelta a las ideas de trading expuestas. Un poco más arriba, en la zona de los 6 euros, esperaría la siguiente resistencia para medir la verdadera fortaleza del eventual rebote.
Personalmente, en línea con lo expresado anoche, creo que cualquier operación de trading comprador debe diferirse hasta ver al S&P 500 superar en cierres el nivel de los 1.110 puntos. Aun así, si antes se produce la premisa expuesta para el caso de Iberdrola y alguien no puede esperar, al menos que se sea disciplinado en el uso de los stops.
Para los medioplacistas seguidores de tendencia hay poco que decir. Un valor bajista en un mercado bajista no es una opción de compra, a no ser que en ocasiones hagamos algún brindis a las ecuaciones riesgo-rentabilidad atractivas y estemos dispuestos a cerrar nuestra posición si el valor pierde esos 4,90 euros.