Resulta curioso comprobar cómo la tendencia lo impregna todo. Hace poco más de un año, cuando aún el alcismo no había presentado fisura alguna, un día sí y otro también los mentideros bursátiles colocaban a Iberdrola como novia de múltiples operaciones corporativas. Hoy, en cambio, parece que este tipo de matrimonios no anda muy de moda.
Sea como fuere, y centrándonos en el análisis gráfico del valor, el corto plazo en el mismo pasa sin duda por la resolución final de esa figura triangular que marcan las líneas azules. Ya sabemos lo traicioneras que resultan estas formaciones, pero no tenemos otra cosa mejor a la que fiar nuestra suerte.
Producida una rotura al alza, sobre todo si viene acompañada de cierto entusiasmo en el volumen, las resistencias que representan las líneas superiores serían los sucesivos objetivos de cualquier estrategia compradora. La seguiremos de cerca.