Una vez que el precio ha logrado dejar atrás holgadamente el acelerado canal bajista naranja que marcamos en nuestro gráfico, la directriz bajista roja nacida en abril se presenta como la verdadera resistencia a la que la cotización deberá enfrentarse para hacernos pensar en cotas mayores.
Esas cotas no son otras que la implacable barrera horizontal que se despliega en el nivel de los 37 euros, donde en su día fracasaron varios intentos de reconstitución alcista y por donde se dejó un hueco bajista con gran volumen a comienzo de año.
Por supuesto, y sobre todo si el mercado no acaba de recuperarse, esa directriz bajista roja puede igualmente servir como stop dinámico de cualquier estrategia vendedora en el valor.