Lo de ACS e Iberdrola, la presunta lucha de poder que se mantiene en la trastienda de la eléctrica, va camino de convertirse en uno de esos culebrones interminables en los que, tras cientos de capítulos, el argumento apenas varía un ápice y en los que cuando parece que estamos a las puertas de un desenlace crucial, no acaba sucediendo nada.
Ha bastado conocer esta mañana la noticia de la OPA que ACS prepara sobre la parte que no controla de la alemana Hochtief para resucitar el tema y dar lugar a todo tipo de elucubraciones. ¿Abandona ACS el intento de controlar Iberdrola y decide enrocarse en el negocio constructor? ¿Tiene ACS balas en la recámara suficientes como para seguir en la pugna por la eléctrica?
Preguntas todas ellas un tanto inútiles, más que nada porque en ninguna parte encontraremos dando respuestas a los que de verdad mueven los hilos. Conocer qué se cuece en los despachos de los ejecutivos, en los Consejos de Administración o incluso en la zona vip del palco de un campo de fútbol parece tarea imposible.
Buscando indicios en las cotizaciones y en los gráficos, parece que la noticia ha sido bien valorada por el mercado. Un canje de acciones y una posible ampliación de capital habrían tirado en teoría de los precios de ACS hacia abajo. Las subidas vistas en la sesión de hoy habría que interpretarlas, pues, como un aplauso de los operadores a lo que, en un primer momento, se leyó como una posible retirada de la pugna por Iberdrola y un concentrarse en el negocio constructor.
Ampliando la mirada, echando un vistazo a las series semanales de ambos valores que adjuntamos, se aprecian ciertas similitudes que pudieran hacernos pensar que, sobre todo desde 2009 para acá, los valores siguen caminos paralelos acaso porque es el mismo dinero el que anda detrás de ellos.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los que fueran dos símbolos de la bolsa alcista presentan también significativas divergencias. Mientras Iberdrola sigue respetando su directriz bajista, ACS ha conseguido que la lateralidad tome el relevo. La eléctrica lleva consigo el lastre de pertenecer a un sector especialmente castigado, como es el de las utilities.
Los primeros síntomas de cierta fortaleza en el medio plazo vendrían con la superación de esas bandas de resistencia que cotizan en los 38,80 euros de ACS y en los alrededores de los 7 euros de Iberdrola. Cumplidas estas premisas, nosotros apostaríamos más por ACS, nos gusta más la estructura del gráfico.
Iremos siguiendo los acontecimientos de esta pareja de hecho creada en nuestro mercado.