Hoy puede ser un buen día para hablar de ACS. El hecho de que un valor tan alejado siempre de los gustos operativos de la ciberbolsa encabece espectacularmente las subidas del Ibex le otorga, aunque sólo sea por unas horas, una visibilidad que pide a gritos ser aprovechada para dejar una visión tendencial (basada en gráficos semanales) del título.
Fijen su mirada en esas tres últimas velas semanales, la última de ellas aún en pleno dibujo, y observen cómo este escape alcista ha venido a fulminar la directriz bajista (línea roja) que arranca de principios de 2011.
Tras dedicar dos años (2009 y 2010) a la imposible tarea de superar la zona de precio que va de los 38 a los 39 euros (línea negra superior), ACS acabó perdiendo más de las dos terceras partes de su valor en bolsa. La constructora, que había esquivado bastante bien los primeros años de la crisis económica y bursátil, terminaba por zambullirse de lleno en el océano de las bajadas.
Como en la generalidad del mercado, julio del año pasado ha significado un cambio en el rumbo de los precios, cambio que en este caso bien puede catalogarse, sin ambigüedades, como la instauración de una sólida tendencia alcista de medio plazo, representada y guiada por esa directriz que marcamos en azul.
El título supera esta semana lo que fueran los máximos de diciembre pasado, en la zona de los 20 euros, dando con ello inicio a una nueva onda alcista. Quizá el momento más oportuno para comprar hubiera coincidido con el cruce al alza de esa bajista roja, o incluso con el apoyo en la alcista azul; pero esto no es un análisis cortoplacista, sino tendencial, y de lo que se trata fundamentalmente es de dejar constancia del cambio de tendencia operado en el valor en el medio plazo, lo que le ha convertido en un título apto para la operativa seguidora de tendencia.
La zona de los 25 euros primero y la de los 28,50 después constituyen las referencias gráficas por arriba, siendo objetivos teóricos para el precio en próximos meses caso de que los alcistas continúen firmes al mando de la nave.
Seguiremos los acontecimientos.
