Los problemas financieros de Dubai hicieron que, por momentos, los mercados revivieran episodios que ya nos parecían lejanos. Hace poco más de un año, el mercado caía con fuerza, con una fuerza nunca vista y que quizá nunca vuelva a verse. Parecía como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina. Con esto de Dubai, durante unas horas, fantasmas de aquellos días parecían recorrer otra vez las bolsas.
Finalmente todo ha quedado en una tibia corrección y, de momento, parece que por aquí no va a venir esa gran corrección proporcional que muchos esperamos, más ya por costumbre que por otra cosa, ante la obstinación de este mercado alcista en no darnos un solo argumento en ese sentido. Y mientras eso no ocurra, ya sabéis que nunca se discute con el mercado.
En la sesión de ayer en Wall Street, una sesión calmada, un valor se permitió caer casi un quince por ciento al cierre, haciéndolo además con un apreciable aumento de volumen. La aseguradora AIG, ésa que en otro tiempo fuera el paradigma del sector en todo el mundo, no podía con esa directriz roja de nuestro gráfico y sucumbía al empuje bajista. Seguramente, algo tendrá que ver el asunto con el fiasco dubaití, y es que parece que ésta andaba metida en todos los fregados.
Han sido sólo unas horas y sólo un valor ha sido capaz de llevar el tema más allá, pero en alguna de éstas se aprovechará para corregir todo lo mucho que se ha subido. Será bueno para la tendencia y malo para los nervios. Esperemos ser de los primeros en verlo venir.
