Análisis de Iberdrola

Anda Iberdrola, igual que gran parte del mercado español, metida de lleno en la tarea de reconstituirse al alza, rompiendo hacia arriba esa zona de consolidación en la que los precios se encuentran desde que se consiguiera poner freno a las contundentes caídas veraniegas.

No son, desde luego, las eléctricas un sector por el que el mercado sienta una especial predilección estos últimos años, ni aquí ni en bolsas que han vivido tendencias alcistas considerables, como la alemana. Siempre que ocurre algo así, es mejor no perder el tiempo intentando escudriñar los motivos que se ocultan tras ese pesimismo sectorial y limitarse a aceptar los hechos consumados. Nada es eterno.

Técnicamente, Iberdrola ha conseguido parar las caídas justo donde debía hacerlo: en la confluencia de soportes que suponen los mínimos de 2009 (línea azul) y la base de ese canal lateral-bajista que definen las líneas rojas. La envolvente alcista dejada hace pocas semanas en esa zona, con apreciable volumen, es todo un canto a la esperanza, al menos a la de pensar que lo peor ya ha pasado.

Pretender ver en ello un motivo para las compras, con la mirada puesta en acompañar al valor en su viaje hacia la parte alta de ese canal de líneas rojas, es una idea perfectamente sostenible, siempre que se tenga muy claro que tocaría aceptar pérdidas y vender si el precio perdiera en cierres semanales la zona de los 4,25-4,35 euros.

Por lo demás, sólo recordar la gran asignatura pendiente en términos tendenciales del valor y que no es otra que la superación de la resistencia dejada por el hueco bajista de octubre de 2008 en la zona de los 7,35 euros (parte alta de la banda amarilla que se marca). Sólo cuando llegue el día en el que la cotización campe por encima de ese nivel, podremos afirmar que Iberdrola ha superado el bajismo iniciado con los máximos de finales de 2007.

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