Si ayer veíamos cómo el aspecto técnico de Telefónica no invita precisamente al optimismo, hoy nos centramos en otro de los adelantados del Ibex 35. Y la conclusión a la que llegamos no es muy distinta: la gráfica semanal de Iberdrola destila igualmente un aciago perfume de debilidad.
El precio se muestra incapaz de alejarse de la parte baja del canal lateral bajista que definen las líneas rojas en la gráfica adjunta, de suerte que en los últimos meses podemos contabilizar hasta tres toques a la línea de soporte horizontal que cotiza en la zona de los 4,30 euros (línea azul en la gráfica).
Podríamos aceptar, no sin que ello implicara un deterioro adicional de la situación técnica, que la cotización perdiera ese soporte horizontal en próximas semanas, siempre que la caída se detuviera tras el encuentro con la base del canal de líneas rojas.
En el caso de perder dicho canal, las puertas del abismo se abrirían para la eléctrica. Dicho de otra manera menos poética: pasarían bastantes céntimos antes de encontrar una zona de soporte fiable en la que poder cifrar las esperanzas de ver detenerse la caída.
En definitiva, estamos ante un título en el que nos es muy difícil encontrar motivos para recomendar las compras, por más que los precios actuales puedan parecer baratos, comparados con los vistos en su momento.
Únicamente la cercanía a esas zonas de soporte que hemos indicado en el análisis podrían utilizarse como argumentos para una compra arriesgada, por aquello del stop inicial de protección cercano. Eso sí, para que este argumento tenga validez son necesarias dos premisas ineludibles: la primera, estar dispuesto a hacer uso disciplinado de los stops en nuestra operativa; y la segunda, colocar ese stop inicial de protección en la pérdida en cierres de la línea roja inferior.
Seguiremos los acontecimientos.