Ya he dicho alguna vez que esto del análisis técnico, y más concretamente su empleo como base para la toma de decisiones de inversión y/o especulación, es casi una cuestión de fe. Creer o no creer, ahí radica todo. Si se acepta este método como motor de nuestras inversiones, a mí me parece que el dibujo realizado por el precio en el futuro del Eurostoxx 50 describe un perfecto hombro-cabeza-hombro invertido, confirmado con el cruce al alza de su clavicular (línea naranja).
La pauta superó la prueba del nueve que suponía dejar atrás la bajista principal que guiaba la caída desde los máximos de principios de año (línea roja), justamente la misma que esta mañana comentábamos en tiempo real que atacaba nuestro Ibex 35, el rezagado de la clase. Así que ya sólo nos queda creer en la consecución en un futuro más o menos cercano de los objetivos teóricos de esta formación, y que cotizan en la zona de los 3.050 puntos (final de la línea punteada verde).
Cabe asistir a un retroceso en próximos días, lo que, siempre que no se pierdan en cierres niveles relevantes como los los 2.820 puntos, no sería otra cosa que una buena oportunidad de entrada para los que se han quedado fuera.
