Mencionábamos esta mañana, a propósito de Telefónica, la importancia que los huecos significativos tienen a la hora de realizar el análisis de cualquier serie. En el caso de Abengoa, el hueco que marcamos a fuego en la gráfica fue el dejado al alza en la sesión del 5 de julio. Una ventana alcista de espectaculares proporciones dibujada además con un considerable volumen. Aquel día, los operadores consideraron en la apertura que merecía la pena despreciar todo el rango de precio que mediaba entre los 16,50 y los 18,75 euros, haciéndolo además en un lunes, con lo que también estamos en presencia de un hueco en gráfico semanal.
Esa parte baja de la indicada banda de precio (los 16,50 euros en los que se cerró el día 2 de julio, por redondear) constituye desde entonces una zona de soporte natural en precios de cierre para eventuales retrocesos. Viendo el desarrollo posterior de los acontecimientos y el dibujo que la cotización viene realizando en este mes de noviembre, mucho nos tememos que este soporte va a tener trabajo en no demasiado tiempo.
Es Abengoa un valor que, a pesar de su escasa indexación (sólo pondera el 0,36 por ciento en el Ibex 35 a día de hoy), mantiene en su serie de precios un paralelismo bastante claro con el devenir del índice director de la bolsa española. Tanto es así que podríamos decir que lo que en el Ibex fue una imposibilidad reiterada para superar la zona de los 11.000 puntos, en Abengoa ha sido un no poder con la zona de precio de los 20,30-20,50 euros (línea naranja en la gráfica adjunta). En ambos casos, esta impotencia ha acabado concretándose en el retroceso de las cotizaciones.
Estaremos atentos al desarrollo de los acontecimientos. Ese hueco tiene la clave.
