El gráfico ha dibujado una rotura de directriz bajista primaria. Pero es de esas roturas que uno no acaba de creerse, tanto por el escaso entusiasmo demostrado por el volumen como por la zona en la que el precio dejó una fea vela el viernes.
Así las cosas, si esa línea verde más tenue que guía al precio desde mediados de abril es respetada, nos mantenemos al margen o no vendemos si estamos dentro. Pero si la pierde, vendemos (tengamos o no algo que vender,es decir, cerramos posiciones largas o abrimos posiciones cortas) especulando con el hecho de que, de una vez por todas, el precio se irá a tapar el hueco dejado en la zona de los 170 euros.