Otro valor que viene guardando reverencia a su directriz bajista primaria, la nacida con los máximos de diciembre de 2.006. Dato éste importante, el valor inició su particular cuesta abajo casi un año antes de que lo hiciera la generalidad del mercado. El sector del acero, de carácter especialmente cíclico y sensible al devenir de la economía mundial, ya venía adelantando lo que estaba por llegar.
El doble suelo dibujado en las inmediaciones de los 8 euros estaría anunciando, por contra, que comenzaba a haber motivos para dejar de apostar por la continuidad bajista. Lo que ha venido después es ese amplísimo rango lateral que encierran las dos bandas amarillas que marcamos en el gráfico adjunto. La zona de los 12 euros por abajo y las cercanías de los 16 euros (15,50 para ser exactos) por arriba definen desde hace más de un año el discurrir del precio.
Por definición, un período de lateralidad sería algo así como unas tablas continuas en la partida de ajedrez que todos los días juegan en el mercado las fuerzas alcistas y bajistas. No hay motivos para seguir subiendo, pero tampoco para bajar más allá de un nivel determinado de precio. Si el movimiento iniciado en marzo de 2009 fue el primero de un nuevo período de bolsas alcistas, y ésa es la idea que los gráficos de los índices directores mundiales aún transmiten, ese rango lateral debería romperse tarde o temprano por la parte alta, dando lugar a una nueva onda al alza.
Eso sí, antes debería superarse la cercana resistencia horizontal que cotiza en la superación en cierres semanales de los 13,55 euros y, por supuesto, esa directriz bajista. Después vendría la zona de los 15,50 euros. Como se ve, trabajo no le va a faltar a los alcistas.