Es el valor de segunda fila de nuestro Ibex 35 (que nadie se ofenda, pero de alguna forma hay que llamarlos) que más entusiasmo ha manifestado en seguir la estela bajista de los grandes bancos y de Telefónica. Las razones seguramente se encuentran en el descuento que el mercado hace de un escenario de descenso en la contratación bursátil si se produce una estampida de inversores ante una prolongada corrección. De todas formas, una parte importante de los precios que el valor llegó a alcanzar años atrás se debieron a especulaciones con operaciones corporativas, operaciones que, de momento, parecen haber pasado de moda.
Técnicamente, la pérdida de esa línea verde de nuestro gráfico ha empeorado ostensiblemente el aspecto técnico de la serie en el medio plazo. Si a ese dato le añadimos el comportamiento del volumen, concordante con un sentimiento bajista de fondo, la verdad es que preferimos esperar a un hipotético acercamiento de la cotización al nivel de los 19,25 euros (línea azul oscuro) para ponerlo en vigilancia. Cualquier rebote venidero que no supere en cierres los 21,40-21,60 euros no será otra cosa que un peligroso retroceso al soporte perdido.