El harami dibujado en el gráfico la semana pasada (velas incluídas en el círculo) ha confirmado sus implicaciones bajistas para el precio en estas últimas cinco sesiones.
Este tipo de formaciones se caracterizan por una tendencia alcista previa, en el seno de la cual se produce una gran vela al alza a la que sigue otra vela en la que se da una apertura a la baja respecto al cierre anterior. Este hecho inesperado desconcierta a los operadores, haciendo que el dominio alcista del mercado se tambalee, de suerte que el cierre de la segunda vela se produce por debajo de la apertura, aunque dentro del cuerpo real de la primera de las velas. Precisamente ahí radica la principal característica del patrón: el cuerpo real de la segunda vela debe estar totalmente incluído dentro del cuerpo real de la vela alcista previa. 
Se trata de una pauta de escasa fiabilidad, máxime cuando, como ha ocurrido en Iberia, el volumen de la segunda vela no supera al de la primera. Aun así, en el caso que nos ocupa hemos asistido a la vela de confirmación esta semana que ahora acabamos.
Pero nos interesa más otro detalle técnico en el gráfico. Esa banda amarilla que marcamos se corresponde con lo que fue una importante zona de resistencia horizontal para el precio, nacida a raíz de un hueco bajista de principios de marzo. Una vez superada, toda resistencia invierte su papel y se convierte en un soporte para futuros retrocesos de la cotización. Vamos a vigilar, pues, eventuales acercamientos del precio a esa banda que va de los 1,77 a los 1,83 euros, ya que por ahí podríamos tener un suelo y un rebote, momento idóneo para compras con stop cercano.
