Los reiterados e infructuosos intentos de batir la zona de los 1,4540-1,4580 dólares (banda amarilla en el gráfico de la izquierda) concluyeron, nada más iniciado este mes de septiembre, con la pérdida primero de la directriz (línea azul) que marcaba sucesivos mínimos ascendentes y con la aceleradísima caída que vino después y que guía la línea roja que se marca.
Más de diez centavos de dólar de caída en sólo unos días dan idea del pánico que sacudió al mercado en esas sesiones.
Intentar ver ahora en el rebote que se viene produciendo el final de las bajadas y, sobre todo, la desaparición de ese sentimiento de temor extremo que se adueñó de los operadores es todavía precipitado. Carecemos, a día de hoy, de argumentos técnicos que posibiliten creer que lo peor ya ha pasado y que toca iniciar la recuperación.
En la gráfica de la derecha, en velas de dos horas, puede verse más claramente cómo el Euro se aproxima al enfrentamiento de la doble resistencia que supone la intersección de la directriz bajista roja y la azul que sirve de techo al canal que marca el descanso que la divisa se ha tomado estos últimos días.
Seguramente mañana mismo deberá acometer la tarea de dejar atrás esas resistencias, demostrando con ello al menos que los alcistas no están del todo ausentes. Hasta que eso no ocurra, las posiciones cortas siguen siendo la mejor opción al menor síntoma de debilidad.
Seguiremos los acontecimientos.
