No es noticia hablar de discordancias bajistas en la bolsa japonesa respecto a la generalidad de los mercados. Hace ya mucho tiempo que el Nikkei es especialmente aleccionador sobre lo peligroso que puede ser considerar que en bolsa siempre se gana si se está dispuesto a esperar lo suficiente. Recordemos que el índice de referencia de la bolsa de Tokio llegó a cotizar hace ya algunos lustros cerca de los 40.000 puntos.
Que ahora estemos considerando el nivel de los 9.000 puntos como la clave para el medio plazo no deja de tener su irrelevancia, considerando la lejanía de aquellos máximos históricos. Pero lo cierto es que el Nikkei enfrentó ya en agosto la tarea de superar el gran hueco bajista dejado en octubre de 2.008 (el mismo que enfrentan en estos momentos en Wall Street), fracasando claramente en el intento.
Lo que ha venido después es una clara tendencia bajista de corto plazo, con sus máximos y mínimos decrecientes, la cual pasará al estado superior de bajismo de medio plazo si el precio pierde en cierres ese nivel de soporte que cotiza en los 9.000 puntos y que marcamos con la línea verde de nuestro gráfico.
Esta noche ha tocado un rebote que, técnicamente, ha servido para dejar al precio justo en esa directriz bajista acelerada de color naranja.
Seguiremos los acontecimientos.
