El Santander en España y los bancos en Europa están llamados a ser, tarde o temprano, los encargados de tomar el timón de los índices y guiarlos en busca de nuevas cotas que ahonden en la gran tendencia alcista nacida en marzo de 2.009. Se hace muy difícil pensar que índices como el Eurostoxx 50, el CAC francés y, sobre todo, el Ibex 35 puedan continuar con la senda alcista sin un apoyo decidido del sector bancario.
En octubre del año pasado, el índice sectorial bancario del Eurostoxx (gráfico de la derecha) comenzó a construir un techo temporal de mercado, adelantando la corrección que algunos meses después (en enero de este año) la generalidad de las bolsas dibujarían. Si bien aún quedaría un quince por ciento de recorrido al alza antes de atacar lo que fueran esos máximos relativos de octubre, técnicamente la clave pasa por la consecución de cierres diarios que superen solventemente esa línea verde del gráfico. Todo soporte perdido se convierte en resistencia a causa de un típico proceso sicológico de inversión de papeles y, en consecuencia, esa línea verde es ahora la barrera a batir por los alcistas en el sector y el principal escollo que les separa de enfrentar las cotas alcanzadas meses atrás.
Por su parte, el Santander (gráfico de la izquierda) no logró el viernes seguir al Ibex en la superación de resistencias escenificada por el índice. Los 11.200 puntos dejados atrás por el Ibex venían a coincidir con los 10,50 euros del Santander y el banco sólo consiguió quedarse a las puertas de esta cota. Más arriba, los 11.445 puntos que constituyen la siguiente resistencia a batir por el índice director de la bolsa española tienen su correlativo en los 10,90 euros del Santander. La semana que viene se presenta entretenida y podremos comprobar qué ocurre con los más que probables encuentros entre los precios y las resistencias indicadas.
Seguiremos los acontecimientos.
