Constituye una de las reglas chartistas que más a menudo se deja ver por los gráficos y, por consiguiente, uno de los detalles técnicos que mejor puede ser utilizado en la operativa bursátil. El soporte que es cruzado finalmente a la baja por los precios tiende a convertirse en una resistencia para futuras recuperaciones de la cotización.
Sus fundamentos sicológicos (no olvidemos que detrás de toda pauta chartista subyace algún rasgo de la personalidad de los inversores) tienen que ver con la idea que proclama que los operadores que no fueron lo suficientemente rápidos para vender justo en la pérdida del soporte ven ante sí una oportunidad caída del cielo cuando los precios recuperan aquel nivel de ruptura bajista. Llevados por el miedo acumulado, una luz se enciende en su cerebro y venden compulsivamente antes de que la cotización vuelva a bajar y el mercado ya no les brinde otro rebote que sirva para enmendar el error cometido en su día.
Ciertamente, esta explicación es perfectamente aplicable a aquellos soportes horizontales en los que el nivel de precio permanece estable para cuando la cotización regresa al punto de ruptura (véase la gráfica de Antena 3 que se adjunta). Resulta, en cambio, más difícil fundamentar este comportamiento cuando el soporte perdido constituía una directriz alcista, ya que en ese caso la recuperación posterior de la cotización alcanzará dicha directriz (soporte perdido) en un nivel de precio sensiblemente superior, dependiendo de la tardanza en rebotar y de la inclinación que la misma tuviera.
En las gráficas que se acompañan de Bolsas y Mercados y de Gas Natural estaríamos en este segundo caso, si bien en ambos la inclinación de la directriz alcista perdida era tan escasa que bien pudiera ser considerada prácticamente como un soporte horizontal.
Para finalizar, sólo apuntar que todo lo dicho puede aplicarse al caso inverso: aquél en el que una resistencia es cruzada al alza, barrera que en el futuro tenderá a actuar como soporte para eventuales retrocesos. También aquí la explicación sicológica antes expuesta nos sirve: aquellos operadores que no fueron lo bastante avispados para comprar justo en la ruptura alcista ven en el retroceso hacia la resistencia superada una inmejorable oportunidad de compra, actuando en consecuencia de forma masiva y convirtiendo así a aquélla en un soporte para la cotización.