Mañana, desde primera hora, deberemos estar atentos al comportamiento de nuestro Ibex 35 y de dos de sus más cualificados componentes, Santander y Telefónica. Tocará, sin duda, poner a prueba los soportes más inmediatos en el corto plazo, los mismos en cuyas cercanías se ha cerrado hoy. Sin saber muy bien qué puede esperarse del otro lado del Atlántico, donde las elecciones y el mal aspecto técnico de los índices directores de la bolsa neoyorquina se entrecruzarán con un resultado final todavía incierto, toca tirar de autonomía y carácter propio para resolver la papeleta técnica que se presenta.
No sería bueno ver al Ibex 35 perder esa directriz nacida en agosto, y que tan buenos resultados viene dando desde entonces a los alcistas. Aunque el soporte especialmente relevante cotiza en el mantenimiento en cierres de los 7.680 puntos, mejor que el índice se mantenga por encima de esa línea azul.
Otro tanto podemos decir del Santander: tan cerca de la resistencia con mayúsculas en el medio plazo (esa banda amarilla que marcamos en la gráfica adjunta y que cotiza en los alrededores de los 6,20 euros) y tan próximo a los 5,45 euros cuyo cruce a la baja dibujaría una pauta de doble techo, firmando con ello el certificado de defunción del movimiento al alza iniciado este verano desde mínimos.
Telefónica, ostensiblemente más débil que otros blue chips nacionales, nos amenaza con esa pauta bajista en forma de hombro-cabeza-hombro que se dibuja por encima de la línea azul que se marca y que guarda un peligroso parecido con la formación que se desarrolla en el Dow Jones Industrial.
Como ven, estamos en una de esas situaciones en las que lo mismo puede producirse un gran rebote (ante la proximidad de los soportes) que una gran ruptura bajista. No son momentos para alejarse demasiado de los mercados.